El Karate nace en Okinawa, al incorporarse el espíritu del Zen a las técnicas de lucha que llegaron desde China. El objeto del Karate es diferente al de otras artes marciales: Mientras que en la mayoría de ellas, lo que se pretende es derrotar al mayor número de enemigos posible (hiriendo o matandolos: debe recordarse que el origen es absolutamente marcial), la práctica del Karate busca ante todo el dominio de las técnicas de autodefensa.
Karate-Do de Okinawa
El Karate tiene su origen en China y la India, hacia el año 3000 a.C. Desde el siglo VI de nuestra era las técnicas chinas se prectican en Okinawa junto a técnicas locales. En el siglo XV, el rey Shoshin centraliza el poder en Shuri (Okinawa) y prohibe el uso de las armas a la gente del pueblo.
En 1609 los japoneses invaden Okinawa, por lo que la población, despojada de sus armas, tuvo que enfrentarse a oponentes armados, sin tener más que las manos desnudas. Por este motivo desarrollaron los sistemas de lucha sin armas, que acabaron convirtiendose en un método de autodefensa que se llamó, simplemente, Te (literalmente: Mano), y al que los japoneses llamarían Okinawa-Te (la Mano de Okinawa). De hecho, la imposibilidad de conseguir armamento tradicional fué lo que posibilitó y estimuló el desarrollo del Karate en Okinawa.
Desarrollo del Karate Moderno
En sus comienzos, el Karate se llamó simplemente "Te" (Mano). Cuando a finales del siglo diecinueve se incorporó su práctica como parte de los programas de educación física en las escuelas de Okinawa, y debido a su popularidad creciente dentro del Japón, se le renombró como "Karate" (Mano Vacía), para distinguirlo del "Tode", una forma de Mano originaria de China.
Los dos estilos originales de Karate, desarrollados en las regiones de Shuri y de Naha, se llamaban respectivamente "Shuri-Te" (la Mano de Shuri) y "Naha-Te" (la Mano de Naha). Hoy día existen numerosos estilos diferentes de Karate, tanto en Okinawa como en el propio Japón, pero la mayoría deriva de estos dos estilos originarios.